Estudió sociología en Barcelona. El periodismo lo aprendió en Madrid y Nueva York. Se echó a perder poco a poco en Alemania y Austria. Lo que queda de él reside en Copenhague. Como ha aprendido de uno de sus maestros contemporáneos, Antonio Escohotado, intenta mantenerse siempre fiel al criterio socrático de que todos los males derivan de la ignorancia.