Violet Evergarden (ヴァイオレット・エヴァーガーデン) es uno de esos animes que me gusta recomendar, aunque con un aviso importante: te hará llorar. Ambientado en una suerte de era victoriana alternativa, cuenta la historia de Violet, una ex-niña soldado que una vez finalizada la guerra, en la que perdió ambos brazos y algo aún más importante, despierta en un hospital con dos prótesis y teniendo que integrarse en la sociedad como una persona más. Su responsable en el ejército le ha buscado un trabajo en la oficina de correos como una de las «muñecas» que se encargan de redactar cartas por encargo, plasmando en palabras los sentimientos de las personas que las contratan. ¿Cuál es el problema? Que Violet ha sido tratada toda su vida como un arma y sólo conoce el conflicto y seguir órdenes, por lo que deberá aprender la empatía necesaria para desempeñar su trabajo.

Se compone de una serie de 13 episodios, una OVA y dos películas, que se deben ver en orden ya que la última película referencia partes de la serie y cierra su arco principal. La mayoría de episodios son autoconcluyentes y desarrollan los distintos encargos que Violet lleva a cabo. En cada uno de ellos se hace hincapié en un aspecto emocional que Violet tendrá que comprender para poder hacer su trabajo, ya que no basta con transcribir las palabras tal cual las dicta el cliente, sino que deberá ejercer de mediadora, psicóloga, consejera… para transmitir lo que se quiere decir por encima de lo que realmente se dice. Además, durante toda la serie existe un arco principal que trata de la búsqueda de Violet por entender qué significa «Te quiero».

Recomiendo embarcarse en la serie sin buscar reseñas u opiniones (nótese la ironía), porque es fácil acabar sabiendo cuáles son los puntos de mayor emotividad y parte del encanto de esta serie es encontrarse por sorpresa con los golpes que nos tiene reservados. De hecho, se le critica a veces por ser manipuladora emocionalmente y dejar cosas «importantes» sin explicar. Los creadores dejan algunos puntos secundarios sin responder, porque aquí lo que importa es el arco personal de Violet, su evolución y la búsqueda tanto de su propia humanidad como de aquello que perdió en la guerra.

Es cierto que en ocasiones busca deliberadamente historias que llevan a la lágrima con facilidad, pero es tan bonito todo (uno de los episodios tiene una escena que literalmente dura medio segundo pero que es una auténtica maravilla), tiene una banda sonora que acentúa tan bien los momentos importantes, y a pesar de su enorme carga dramática es capaz siempre de encontrar un halo de esperanza, que le perdono todo. Respecto a la banda sonora, mención especial a uno de los temas cantados, «Michishirube» (みちしるべ), que interpreta Minori Chihara (茅原 実里) y es de esas canciones que al principio resultan un poco chocantes pero que logran hacerse un hueco y emocionar, igual que Violet.

César Fernández-Corroto (@corroto_people)