Al final, hay que hablar de Nolan. Por mucho que uno no quiera, tiene que sacarlo cuando se trata del Caballero Oscuro. No me quejo: las tres cintas batmanitas que ha firmado me hacen bastante feliz… pero también me hacen enseñar colmillo. Las razones de una y otra cosa, aquí abajo.

(Aquí se habla de ‘Batman Begins’, ‘The Dark Knight’ y ‘The Dark Knight Rises’ a fondo y al detalle. Así que spoilers, etcétera. Si no le parece bien, a llorar al váter.)

Como me gusta pensar en positivo, y ya les adelanto que mis quejas con el Batman de Nolan no impiden que éste me fascine, vamos a quitarnos primero los gomets vermells:

– 1. Gotham. Tal vez lo que más me moleste: no sale. O deja de salir después de ‘Begins’, que tiene unos Narrows inspirados en Kowloon, un monorraíl chulo y mucho callejón oscuro. Luego todos son ciudades rectilíneas, expansivas, muy acordes con las obsesiones arquitectónicas del realizador inglés. Que para colmo las filma de día.

– 2. La grandilocuencia. Uno fácil, ¿no? Al realizador de ‘Memento’ le gusta cada vez más darse importancia, hinchar sus películas y tirar de largo alcance. Al final, uno sale con regusto a impostura y lamentando que haya perdido el enfoque. Todo es más Nolan que Batman.

– 3. Tema sobre trama. Cada pieza de la trilogía ‘Dark Knight’ representa algo y Nolan quiere que lo sepamos, aunque sea a costa de sacrificar la lógica de lo que cuenta. Miedo, caos, justicia, esperanza, lo que sea: no basta con que lo interpretemos, nos lo tiene que telegrafiar como a tonticos.

Nolan acordándose de un chiste.

– 4. La realización. Maldita manía que tiene el inglés de no componer el plano ni aunque le vaya la vida en ello. Le sale algún encuadre bonito de tanto en tanto, una puesta en escena resultona, pero en general se limita a colocar un elemento por corte (las conversaciones son siempre plano/contraplano) y dejarse salvar el culo por la foto de Wally Pfister y el montaje acumulativo.

– 5. Pocas ostiejas.  La acción física en las de Batman es escasa; efectiva pero poco más. En la última, eso sí, aprende y regala una primera pelea entre Bane y el murciélago antológica.

– 6. Finales anticlimáticos para los villanos. ¿Tiene miedo Nolan de despacharlos?

«¿Para qué vamos a enfadarnos? Si total…»

– 7. Se limita al crimen organizado. Mola que Batman le meta mano a mafiosos, pero ¿qué hay de la lucha callejera? El Caballero Oscuro sabe que hay una guerra eterna en los bajos fondos, donde la escoria no se acaba y los idealismos mueren al instante. Pero Nolan no.

– 8. Y… ¿Batman no era el mejor detective del mundo?

– 9. La carrera de Batman. Dos añitos o así luchando contra el crimen; hay empresas que piden más años de experiencia. Falta valentía para dejar espacios en blanco entre los saltos temporales, vacíos que podamos rellenar con aventuras imaginadas y villanos fuera de pantalla.

 

¿Qué decías de Maggie quién?

– 10. Las mujeres. Ni Katie Holmes ni la Gyllenhaal sirvieron para dar atractivo a un personaje un poco odioso. En la última se pone las pilas con Talia al Ghul y una Catwoman competente, pero el asunto sigue quedando en la cuenta del debe.

BONUS: -11. Los mitoplastas de ‘The Dark Knight’. Nolanistas, obsesos del nº 1 de la IMDb y otras gentes que sacan las cosas de madre. Qué pereza.

Pese a todo esto, ahí está la lista del sí:

+ 1. El origen y formación de Batman. En el resto de cine de superhéroes es un peso muerto, aquí se convierte en los mejores 45 minutos de la saga. Lo que cuenta es interesante, lo hace a través de situaciones potentes y el montaje añade ritmo y valor. Vaya arranque.

+ 2. La Liga de las Sombras. No es un villano más sino lo que Bruce Wayne podría haber sido; lo que sería si abandonara su única regla: no matar. Dos ideas enfrentadas de justicia.

+ 3. Centrarse en Wayne. Por fin ‘Begins’ consiguió ser una película de Batman con Batman de protagonista y no un secundario del villano de turno. ‘The Dark Knight’ sí cayó en el error, pero ‘Rises’ vuelve al viaje de Wayne (y lo completa). 

‘Millonarios extremos’, en Xplora.

+ 4. Los secundarios de Gotham. Nolan cuida a los aliados: en pocas historias del murciélago están tan bien Lucius Fox, Jim Gordon o Alfred. Pocas han entendido así lo que tiene que aportar un sidekick al Caballero Oscuro, sea Robin, Nightwing o un sucesor directo.

+ 5. Los villanos. Ra’s al Ghul, Espantapájaros, Joker, Dos Caras, Bane, Talia al Ghul: una galería tremenda, variada y, por suerte, muy bien entendida. Alguno de ellos tiene aquí su mejor versión.

+ 6. Los actores. Ni un bando ni el otro brillarían tanto si no fuera por sus intérpretes, claro. Elenco de diez.

 

Michael Caine pensando en ponerse él el bat-traje.

+ 7. Las fuentes. ‘Year One’, ‘The Killing Joke’, ‘The Long Halloween’, ‘Dark Knight Returns’, ‘Knightfall’… Nolan mezcla grandes historias icónicas para hacer algo nuevo. Incluso recuperando situaciones y personajes que parecían imposibles en una pantalla.

+ 8. La banda sonora. Musculosa, llena de bramidos metálicos pero también de pasajes de puro malestar, zumbidos que no anticipan nada bueno o cánticos explosivos. El motor formal de la saga.

+ 9. La falta de realismo. A Nolan le preocupa menos el realismo que a sus fans letales: planes absurdos y rocambolescos de los villanos, cultos ninja en glaciares, bat-sónars, prisiones ocultas… Pese a su empeño en lo verosímil, el inglés no sacrifica drama y aplauso sólo por no poder justificarlos.

«Me voy a dar una vuelta por la realidad con mi tanque saltarín.»

+ 10. Los gadgets. Tal vez la única vez que vemos a Batman pasándolo bien es cuando prueba los juguetes de Lucius Fox y su división de Ciencias Aplicadas. Los trastos de Batman añaden el punto de diversión y maravilla que tanto necesita, por dios, la sombría visión de su realizador.

BONUS: + 11. Un final feliz. Que sí, que anda que Batman se iba a retirar y a vivir la vida, pero tras encariñarnos con Wayne en ‘Begins’ y tres películas de depresión y sufrimiento, alivia semejante respiro. Nolan se toma una libertad como una casa, pero también deja a Robin John Blake (¿hacía falta el chiste del nombre, que además sólo confunde al personal?) como heredero del traje y la capucha.

Así que sí, la trilogía de Nolan me compensa y me atrapa, pese a todo. Y no sólo porque estén ahí las de Schumacher para contrastar. Tal vez haya tenido suerte el director, el personaje es tan flexible que hasta cuando lo meten en el siglo XIX funciona. ¿Por qué no iba a hacerlo en las fantasías laberínticas, analíticas y autoconscientes de un maniático del orden?

 V the Wanderer