La mayoría de discos que han salido al mercado durante el 2016 son normaleros. No provocan orgasmos pero tampoco depresiones, no nos cambiarán la vida ni para bien ni para mal, y si suenan no molestan. Como las personas que nos rodean. Como la vida misma. Nuestro día a día está lleno de rutina y muy de tanto en tanto vivimos algo excepcional. Nuestra vida normal, pues, necesita de música normal. Aquí van siete discos que cumplen con estos requisitos. Bienvenidos un año más a #LoPutoNormal.

 

Wilco – ‘Schmilco’

Los Wilco se han convertido en los Woody Allen de la música: han alcanzado el status de mito, son extremadamente prolíficos y la sensación es que sus obras maestras son cosa del pasado. Y sin embargo, como sucede con el director neoyorquino, no hay que perderles la pista, porque existe la posibilidad de que todavía tengan guardado un conejo en la chistera. Al igual que las películas de Allen, los discos de Wilco pueden ser mejores o peores, pero siempre ofrecen momentos satisfactorios. ‘Schmilco’ (con portadaza de Joan Cornellà) no es una excepción, como tampoco lo fue ‘Star Wars’, el álbum que el año pasado fue considerado como un #LoPutoNormal de manual. Mientras las canciones de ‘Schmilco’ se van sucediendo, todas ellas correctas pero poco memorables, me invade la sensación de que los momentos más álgidos de la discografía de Wilco, aquellos pasajes que nos hacían volar, ya nunca volverán. Pedirles que vuelvan a inventar un ‘Yankee Hotel Foxtrot’ o un ‘A ghost is born’ es utópico, como es ingenuo pensar que Woody Allen nos va a sorprender ahora con una nueva ‘Annie Hall’ o un ‘Manhattan’.

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Hinds – ‘Leave me alone’

Y con Pitchfork hemos topado. En cuanto la revista estadounidense alabó a estas jóvenes madrileñas (cuando apenas habían sacado algunos singles), la atención del mundillo indie se focalizó en ellas. Todos hablaban de Hinds, pese a que no tenían ni un disco. Empezaron a surgir detractores y seguidores acérrimos, ambos rozando el talibanismo, aunque sólo existían un puñado de canciones. En definitiva, la historia de Hinds, por espectacular que parezca, no ha sido sino otro episodio más de ese fenómeno de los tiempos modernos bautizado como hype. ¿Qué pasó con su esperado álbum de debut?  ‘Leave me alone’ es un trabajo correcto, las canciones suenan frescas y es agradable de escuchar, es decir, como tantos y tantos discos de rock garagero que se editan cada año. Más allá de la enorme atención generada a nivel internacional, Hinds no parece, a día de hoy, una banda que vaya a marcar un antes y un después. Y no debería importarles: pese a su juventud ya han sacado un disco que está bastante bien, han hecho conciertos por todo el mundo y deben estar disfrutando como bellacas. Quien lo pillara, caralho.

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Travis – ‘Everything at once’

Travis llevan toda la vida con nosotros, aunque no les prestábamos atención desde ‘The invisible band’, aquel disco que tenía temas tan buenos como ‘Sing’. Pero ahí siguen, fieles a su estilo, a ese pop facilón que no entusiasma a nadie pero tampoco molesta. Si eres el responsable de la música en una fiesta, nadie te pedirá jamás que suene Travis; pero si decides poner alguna de sus canciones, ninguna persona se acercará a exigirte que la quites. El nuevo trabajo de los británicos se llama ‘Everything at once’, y es tan agradable de escuchar como olvidable. Exactamente lo que pasaba con sus últimos discos (seamos sinceros: ¿alguien los recuerda?). Por todo ello, Travis bien podría ser el grupo que mejor encarna el espíritu de #LoPutoNormal, así que nosotros, como creadores de esta corriente, no podemos hacer otra cosa que animarles a seguir por la misma senda.

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Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos y Joan Manuel Serrat – ‘El gusto es nuestro. 20 años’

Joan Manuel, Ana Belén, Miguel  y Víctor Manuel se vuelven a ir de gira juntos veinte años después y, para que quede constancia, editan una segunda parte de aquel mítico ‘El gusto es nuestro’. ¿Era necesario? Pues probablemente no, pero oye, no seré yo quien critique un disco que contiene temas como ‘Paraules d’amor’, ‘Mediterráneo’, ‘Santa Lucía’, ‘Insurrección’ o ‘Contamíname’, que han acabado siendo clásicos y nos gusten más o menos es difícil no canturrearlas cuando suenan en un bar. Además, se agradece que hayan cambiado tantas canciones respecto a la primera entrega, evitando así el efecto “es lo mismo pero todos están veinte años más cascados”. Y no olvidemos que puede ser un buen recurso si no sabemos qué regalar estas Navidades a nuestros padres. La etiqueta #LoPutoNormal le viene que ni pintada.

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Robe – ‘Destrozares. Canciones para el final de los tiempos’

Aplaudo la valentía de Robe y me parece un ejemplo el rumbo que ha escogido para su carrera en solitario. Sacar discos bajo el nombre de Robe para hacer la misma música que con Extremoduro (como hacen tantos artistas cuando emprenden estas aventuras) sería una pérdida de tiempo, para él y para nosotros. Aclarado este punto, debo reconocer que esta nueva vertiente de Roberto Iniesta no me convence, por muchas oportunidades que le dé. El problema no es desviarse del rock duro y de las letras crudas, sino que ‘Destrozares’, como ya me paso con ‘Lo que aletea en nuestras cabezas’, me parece repetitivo musicalmente, lleno de  canciones con poca personalidad y con una sobreutilización del violín. Y las letras de Robe, aunque bellas y poéticas como nunca, carecen a mi parecer de garra. Escucho ‘Destrozares’ y la sensación es que Robe intenta imitar su magnífica ‘Dulce introducción al caos’ y no deja de fracasar en el intento.

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Pixies – ‘Head carrier’

Cuando un grupo que ha influenciado a toda una generación se separa y se reúne unos años después (dejando por el camino proyectos personales que no han acabado de triunfar) es que está de vuelta de todo. Y si deciden sacar un nuevo disco, lo más seguro es que éste sea una excusa perfecta para hacer una gira y que así los fans puedan escuchar los viejos clásicos. Y así los álbumes no salen tan buenos. Pero claro, el talento está ahí y no se pierde, por eso Ronaldinho sigue marcando golazos por la escuadra cuando juega, y por eso los Pixies siguen elaborando obras resultonas que además por su estructura (una docena de canciones cortas) es imposible que se hagan pesadas. Pero seamos sinceros: a nadie le interesan las nuevas canciones de los Pixies. Probablemente, ni siquiera a ellos mismos.

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Varios artistas – ‘Mutanciones’

‘Mutanciones’ es víctima de su propia naturaleza, así que seamos benevolentes. Lo cierto es que todos los discos de tributo a una banda en el que diferentes grupos interpretan sus temas comparten un pecado original: la irregularidad, ya que las canciones buenas y las malas se alternan con una asombrosa naturalidad. ‘Mutanciones’, tributo a los míticos Niños Mutantes en su veinte aniversario de carrera, no es una excepción. Hay versiones que están bien, algunos truños y otras reguleras, la mayoría son interesantes pero muy pocas permanecerán en la memoria colectiva (mi favorita sin dudarlo es ‘Veneno polen’ de Lori Meyers). Me atrevo a situar este álbum por encima de la media dentro de su especie, y sin embargo queda lastrado por un hecho que me desmotiva sobremanera: apenas aparecen canciones de los primeros años de los Niños Mutantes, en mi opinión su etapa más interesante. Otra vez será…