Un año más, la música ha vuelto a ser uno de los pilares fundamentales de mi vida. Mi día a día ha adquirido sentido descubriendo canciones que han aparecido entre enero y diciembre pero también algunas de otras épocas que habían pasado inadvertidas para mí. El goce ha sido máximo al recuperar joyas perdidas que un día fueron importantes pero que, vaya usted a saber por qué, se habían perdido en el camino. En definitiva, estas catorce canciones son un buen resumen de mi año musical:

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alt-J – ‘3WW’ (2017)

Una canción tan extraña como hermosa de una de esas bandas que ojalá hubiese descubierto antes.

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Viva Suecia – ‘A dónde ir’ (2016)

La canción por excelencia de Viva Suecia, grupo que como Los Planetas o Vetusta Morla no se quitará la etiqueta de indie aunque sus conciertos se llenen hasta los topes. A dónde ir es un crescendo continuo sin estribillo cuya estructura me obsesiona porque en ningún momento deja de crecer.

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Au Revoir Simone – ‘Lark’ (2007)

Descubrir canciones gracias a su aparición en series se está convirtiendo en una agradable rutina. Este año me ha sucedido con unas cuantas (no todas tienen hueco en esta lista; pienso por ejemplo en la banda sonora de la fenomenal Big little lies). En el caso de Lark, el culpable es David Lynch y su inclusión en la tercera temporada de Twin Peaks.

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Tigres Leones – ‘Disfraz de tigre’ (2017)

Y un año más Tigres Leones se cuelan en mi selección. No sé qué me pasa con este grupo madrileño que casi todo lo que engendran me acaba conquistando sin remedio. Esta versión de Disfraz de tigre de Hidrogenesse supera con creces al tema original y le proporciona un punto festivo que le sienta muy bien a una de las mejores letras que el indie patrio ha parido en años.

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Petit Prince – ‘Demi Tour’ (2016)

Una excentricidad hecha con mucho estilo y elegancia. Una locura desacompasada y arrítmica que a mí, en un giro de guión inesperado, me transmite algo parecido a una paz interior.

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Simon & Garfunkel – ‘Homeward bound’ (1966)

Uno de los momentos audiovisuales del año (y me quedo con ganas de ampliarlo a la década) es el de Justin Theroux cantando Homeward bound sin poder reprimir las lágrimas en The Leftovers. Es la escena con karaoke más triste de la historia, y una oportunidad de oro para recuperar este clásico de los amigos Paul y Arthur.

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Fischerspooner – ‘A kick in the teeth’ (2005)

Una de las canciones que definió mi Erasmus y una de las varias joyas olvidadas que pueblan Odissey, el infravalorado segundo disco de Fischerspooner.

Carlos Cano – ‘Las murgas de Emilio el Moro’ (1984)

El destino quiso que este tema que vio la luz poco después de mi nacimiento llegara hasta mí treinta y tres años después. Dos fueron los culpables: Juan Carlos Monedero (primer contacto) y el padre de mi profesor de guitarra (el revelador). Más tarde, cuando ya me sabía todos sus versos de memoria, descubrí que esta coplilla había destapado las mezquindades del PSOE cuando Felipe aún era un símbolo de la izquierda española (qué tiempos aquellos…). Por desgracia, nadie en Andalucía se lo tomó demasiado en serio.

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Sonic Youth – ‘I’m not there’ (2007)

Quién nos iba a decir que las guitarras distorsionadas de Sonic Youth le iban a sentar tan bien a las letras del tito Dylan. Y ha quedado buena tarde para recomendar esa película algo incompresible pero brillante que es I’m not there.

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Ojete Calor – ‘Gente que imita mal los acentos’ (2017)

Ojete Calor dedican esta canción a uno de esos dramas que están ahí aunque la sociedad trate de disimularlo. Todos aquellos que imitamos mal los acentos tenemos que estarles eternamente agradecidos por describir tan bien nuestra particular pesadilla. Putos genios.

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Lescop – ‘La forêt’ (2013)

Pues parece ser que La forêt lo petó a lo grande en 2013 pero yo no me enteré. Eso sí, ha sonado tantas veces en mis altavoces que he recuperado de sobras el tiempo perdido.

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Yuri y su Orquesta de Cosmonautas – ‘Los paisajes contemplados desde la altura de un gran pino en la agradable compañía de un avestruz’ (2000)

Mi amigo Jordi nos habló hace ya mucho tiempo de este sencillo y emotivo alegato pacifista que, como tantas otras buenas canciones, desapareció de nuestras vidas de un día para otro y sin avisar. Pero en 2017 ha regresado, y ahora la escucho de manera frecuente con una sonrisa bobalicona mientras deseo con todas mis fuerzas que no vuelva a abandonarme otra vez.

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La iaia – ‘No sé què fer amb la meva vida’ (2017)

Qué facilidad tiene La iaia (quizás el grupo más infravalorado de la última hornada del rock català) para componer canciones en apariencia banales pero que reflejan muy bien los conflictos internos de una generación perdida pese a (o precisamente por) tenerlo todo tan fácil. El existencialismo también puede ser pop.

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Wilco – ‘One Sunday Morning’ (2011)

Sí, son doce minutos y se puede acabar haciendo un pelín larga, pero es una auténtica preciosidad y por eso se le perdona todo. Pese a sus defectos, One sunday morning es, a día de hoy, la última gran canción de Wilco.