Dice el chascarrillo fácil y quemado que correr es de cobardes, pero no hagan ni caso. Correr es de tenaces, de valientes, de tipos y tipas firmes que persiguen el futuro sin miedo, que avanzan mirando al frente, bla, bla, bla. ¿Ya están motivados? Pues enchúfense estas canciones (que seguimos recopilando de cuando colaboramos con los amigos de Pikrace) y hala, a la calle a trotar.

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La elección de V the Wanderer

ARCADE FIRE – WE USED TO WAIT

Las listas de música para correr suelen tirar por dos direcciones: aquellos “clásicos” del running que hemos heredado del cine deportivo (‘Eye of the tiger’, ‘Chariots of fire’) y que suenan en todos los eventos del mundo mundial, o los últimos hitazos que arrasan en los pubs. ¿De verdad quieren correr escuchando el ‘Gangnam Style’? ¿De verdad hace falta volver a ponerse ‘Thunderstruck’?

Más allá de su quemazón o de cuestiones de gustos, la verdad es que estos temas, aunque nos pongan de buen humor o nos den ganas de bailar, no siempre son los que mejor funcionan a la hora de echarse al trote. Cambios de ritmo bruscos, estribillos pesados y acelerados o una sobreproducción agobiante pueden perjudicarnos durante la carrera y hacer que queramos tirar el mp3 por la siguiente cloaca.

Por eso, prefiero buscar temas con bases rítmicas marcadas, con ritmos continuos, composiciones y voces poco invasivas y, a poder ser, un bonito clímax final que me haga darlo todo cuando el músculo amenaza con calambre. Esta ‘We used to wait’, que es pura melancolía pero también puro movimiento, tiene todo eso y más. Pruébenla y me dicen. Un tremendo tema para nuestras piernas y nuestros oídos.

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La elección de Raúl

JEAN MICHEL JARRE – CHRONOLOGIE 4

La tentación de los hits del momento es demasiado fuerte para los organizadores de carreras. Las salidas son más una fiesta, y eso siempre está bien, que un momento motivacional que apele a la hazaña. No decimos que suene Nick Drake o Esplendor Geométrico pero sí que se imponga cierta inquietud musical: que las concejalías de cultura de los pueblos les echen una mano a las de deportes para darle otro aire a los eventos atléticos, que igual que se debata dónde va la meta o los avituallamientos, se deje bien cerrado qué va a sonar antes de empezar a correr.

Tan válida para trotar como para echarle kilómetros a la bici, el gen deportivo de ‘Chronologie 4’ no tiene demasiado misterio: fue la banda sonora del Giro de Italia de 1993, el segundo que ganó Indurain, así que hablamos casi de una canción prefabricada para crecerse uno. Más allá del viaje a la infancia en el que me sumerge (ya saben: la fácil mitificación de las leyendas ciclistas), el tema resume en sus cuatro minutos toda una batalla contra el cronómetro.

Empieza como una cuenta atrás, un tic tac implacable, y luego se suceden los subidones, sin olvidar una melodía siempre presente y hasta algunos jadeos por el esfuerzo, que sobresalen en el manto electrónico; o esos coros masivos, galácticos y ambiciosos, muy Jean Michel Jarre. El reloj siempre martillea y deviene en obsesión. Igual el compositor francés alumbró la canción pensando en un concepto ‘tiempo’ más amplio y trascendente, inspirándose en años, siglos, milenios, pero a mí me recuerda a segundos, minutos, horas.

A veces siento que tanta pretenciosidad instrumental me sobrepasa, que una canción así me viene grande: ya dije que yo no corro demasiado, así que ponerme una cosa tan barrocamente de gesta para hacer cuatro, cinco o seis kilómetros hasta me sonroja. Confío en que alguien con un cometido digno, que realmente se la merezca, la disfrute un poco a mi salud.

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La elección de Withor

WAU Y LOS ARRRGHS!!! – COPA, RAYA, PALIZA

Aviso para navegantes: sigo corriendo poco y escuchando música rara. Así que les pido que no se tomen demasiado en serio lo que van a leer a continuación.

En la hipotética –que no imposible– situación en la que yo fuera andando tan tranquilo y algún sujeto desconocido me abordara a plena luz del día preguntando con cierta ansiedad, “¿Oye Adri, loco, tú cuales crees que son las características que debería tener la canción ideal para correr?”, yo no perdería la calma y respondería: “Ritmo alto y subidón”.

Y es que en mi corta –aunque de momento satisfactoria– experiencia en esto del trote cochinero, me he dado cuenta de que la canción ideal es aquella que ya tiene un ritmo alto de por sí pero además va intercalando subidones rítmicos de manera constante.

Escuchar una tonada de este tipo mientras se trota noblemente obliga no solo a mantener una cadencia rápida de pasos, sino a aumentarla con más frecuencia de la que a uno le gustaría. En el caso de la canción que nos ocupa, un punteo de guitarra picarón es el culpable del ritmo mientras que el subidón llega a través de otras guitarras o de un grito neandertal.

Espero que les haya convencido mi argumento. Es el único que se me ha ocurrido para recomendar una canción con este título en una web tan saludable y deportiva.