El juego es movimiento libre dentro de una estructura reglada. También: es una experiencia creada por reglas. Y más: es un conflicto artificial definido por reglas. Casi todas las definiciones de “juego” (uno de los conceptos más esquivos que podemos encontrar) otorgan un papel central a las reglas como base de una estructura que encauza una energía personal, caótica y festiva. Caos controlado, orden al borde de la fractura. Los profesores de videojuegos solemos llamar la atención sobre ello en las primeras clases de nuestros cursos, y con Baba Is You tenemos un ejemplo explícito. Ayuda que, además, sea uno de los mejores juegos de su tiempo y uno de los puzles más creativos que se han visto en años.
Baba Is You recupera la base de Sokoban, el clásico juego de puzles en el que tenemos que mover cajas para llegar a la meta, y cambia las cajas por palabras que forman frases. Por ejemplo, controlando al conejito Baba encontramos las oraciones baba/is/you, rock/is/push y flag/is/win. La roca nos impide llegar a la bandera pero ¿y si cambiamos las reglas? Empujando palabras podemos construir rock/is/you, y pasamos a controlar la roca, o rock/is/win, y la roca se convierte en la meta. Cada nueva frase cambia las hechuras mismas del mundo y el comportamiento del juego.
Sin darnos cuenta, Baba Is You nos hace reaprender a jugar en cada nivel: no buscamos únicamente la solución al rompecabezas, sino las reglas que permiten esa solución. Es un proceso en el que construimos las condiciones de posibilidad de ese propio proceso, las lógicas mismas que nos constriñen. Es un meta-puzle que ilumina cómo ordenar las piezas es siempre, en primer lugar, ordenar el pensamiento. O, por decirlo más claro en el lenguaje de un rompecabezas popular (el viejuno Cococrash): con Baba Is You, “el coco te hace crash”.