Pedimos alquilar Maracaná una noche. Nos dijeron que no. El Palau Sant Jordi tampoco. Ni la Sala Apolo, ni la Zero, ni tan siquiera el Emirates Stadium. ¿La inercia? ¿Eso qué es lo que es?. Eran ajenos a que esta página, un milagro de la comunicación, cumplía un año y había que celebrarlo. Un sólo añito y ya sabe decir palabras como Rickenbacker, Stradivarius, kazoo y expresiones como Tom Petty and the Heartbreakers. Así que el festejo, las felicitaciones y los brindis serán virtuales. Pero esa extraña fuerza que ya dura 366 días aún palpita y es bien real. Larga vida a la Inercia y a Barón Rojo.

La elección de Withor

SEÑOR COCONUT – BEAT IT

La cosa hoy va de cumpleaños amigos. Y es que hoy, 8 de julio, La Inercia hace un año. Y para celebrarlo, que mejor que, como diría King Africa… BAILAAAAAAAAAAAAARRRRRRRR!!!

Uwe Schmidt es un señor alemán que pensaba, como hacemos los españoles, que los alemanes son, por decirlo de alguna forma, rancios (hay excepciones, generalizar no es bueno, lo sé). Nuestro amigo quería vivir fuera de Alemania y no sé bien la causa, pero acabó desembarcando en Chile. Allí, supongo que por el hecho de estar más cerca de Cuba (aunque tampoco tanto) se familiarizó (me imagino) con la salsa. Y se cambió el nombre a uno mucho mejor: el Señor Coconut (sí, ya puedes reconocer que es el mejor nombre de la historia). Aunque tenía un problema: el lo que hacía era electrónica. ¡Qué más da¡ En ningún fue un impedimento para sacar un disco maravilloso, llamado Fiesta Songs, con versiones de clásicos del rock y pop pasados por la salsabatidora.

¿El resultado? Desigual, pero hay algún temazo, como este. Michael Jackson nunca pudo imaginar que su ‘Beat it’ podía sonar tan salsera, tan bailable, tan divertida, tan… extraña. Pero mola, porque uno la escucha y presiente que el Señor Coconut se lo pasó tan bien haciéndola, que contagia ese buenrollismo nunca suficientemente valorado y no tan fácil de conseguir como uno podía imaginar.

Dejémonos, por un día, de convencionalismos. Disfrutemos de Beat It, de Fiesta Songs y reverenciemos al Señor Coconut como el nuevo Rey del Pop. Y aunque la canción recuerde peligrosamente a la que sale en la primera parte de Torrente, no te avergüences. Baila y cántala. Recuerda: hoy la Inercia hace un año, y eso no pasa todos los días.

La elección de V the Wanderer

BASSHUNTER – BOTEN ANNA

Con la inmunidad que da el aniversario, entro de frente y me desmeleno con un placer culpable que me persigue desde hace años. ¡Bienvenidos a la fiesta de La Inercia, hoy en su versión más radiofórmula barata y discotequera!

‘Boten Anna’ es la historia de ¿amor? entre el panoli de Basshunter, cantante y dj de eurodance sueco, y un bot de un chat de internet. Así es (en realidad no). El bueno de Basshunter (que, por otra parte, tiene un nombre casi tan genial como Sr. Coconut) entra en un chat, confunde a una mujer con un bot y se arregla el enredo. Y luego compone una canción. «Para mí siempre serás un bot, nena.»

Lo vi en directo en Copenhagen, en un macrofestival insufrible, botando de un lado al otro del escenario mientras esto sonaba en playback. Desde entonces, cada vez que me ponía tras los platos (en mi Erasmus alimenté un heterónimo magnífico como Dj Navarro) había una cita ineludible con Basshunter, el bot Anna, su horterismo, el puto patín de playa, sus bajos machacadísimos y su pegajoso ritmo.

Y el público se volvía loco, palabra. Hala, a botar y a celebrar.

La elección de Canogarfunkel

CARTOONS – DOODAH!

Andorra. Verano de 1999. Rodeado de una fina brisa de aire fresco salgo de la caravana que tenemos instalada en mitad de un camping para encender el radiocasete y escuchar el grupo del verano: Cartoons. La sensación alegre, pachanga y de buen rollo que me inunda es total. Ahora me pregunto cómo me pude interesar por este sexteto danés.  Encuentro una respuesta rápida: en aquellos maravillosos años me hallaba ante la disyuntiva de elegir mi futuro musical y era capaz de escuchar a la vez Chasis, Simon and Garfunkel y Garbage. Por lo tanto, Cartoons no era sino la confirmación de mi escaso criterio musical.

A pesar de todo, el sexteto danés me sigue enamorando con sus recreaciones del rock ‘n’ billy  norteamericano de los años 50. Esas pelucas, esos zapatos de tacón de espuma, esa guitarra en forma de zanahoria… Esa mezcla de guitarras, trompeta y ritmo tecno…  Si es verdad que su mayor éxito fue ‘Witch Doctor’, que llegó a estar número 2 en las listas inglesas, pero para mí el ‘temazo’ de verdad es “Doodah!” No solo porque sirve como perfecta excusa para celebrar el primer cumpleaños de La Inercia, sino porque provocó que repitiera su estribillo hasta la saciedad. Ah! El videoclip evoca recuerdos de la afamada película de George Lucas, ‘American Graffiti’.  Si Elvis Presley levantara cabeza…

La elección de Raúl

LESLIE GORE – IT’S MY PARTY

Está todo preparado: el champán, el pan bimbo con nocilla, los globos, el tocadiscos y el LSD pero algo se tuerce. El bajón. Lo que debía ser una celebración por todo lo alto se va desmoronando hasta acabar en desgarro emocional y tragedia. Johnny se va con Judy, baila con ella e incluso el muy cabrón le entrega un anillo mientras la otra chica solloza desesperada. “Es mi fiesta y lloraré si quiero”, canta, en humillación pública.

Porque la vida, joven púber, son claroscuros, medias tintas y grises, como esta canción casi coral de 1965, con letra desconsolada de desengaño amoroso y música feliz. Un cumpleaños que en principio iba a ser alegre se torna triste y encima ante las miradas de los demás. Eso por no hablar de los cuchicheos y los qué dirán, que no aparecen en esta canción. Es, en definitiva, ese gran evento que luego resulta un chasco, el día tan esperado que al final, la verdad, no es para tanto. Nuestra amiga, la decepción.

Sabe bien de qué va el asunto la chiquilla de ‘Este chico es un demonio’ que ve cómo Júnior torpedea su celebración en venganza por no dejarle asistir a la sesión de magia. El pequeño diablo lanza los regalos a la piscina y llena la piñata de porquería; mientras, ella llora porque es su fiesta y lo puede hacer, porque el gato es mío y me lo follo cuando quiero.