Si entre sus propósitos de año nuevo, valorado lector, adorada lectora, está el de escuchar buena música, está usted de suerte: aquí sigue La Inercia contra viento y marea, regalándoles cada semana tres temazos de mucho bien para poner una sonrisa en sus caras y una canción en sus corazones. Si a lo largo de este 2013 mejora la cosa, será única y exclusivamente por el efecto acumulativo de esta veterana e infalible sección.

La elección de V the Wanderer

LIQUIDO – PLAY SOME ROCK

Tuvieron un hitazo y desaparecieron, como tantos. Seguro que hoy siguen buscando vida después de la radiofórmula, separados, abocados a una carrera individual de medianías y lamentos, de preguntarse cada noche qué tuvo aquel primer single que los demás no tuvieron. A mí me enganchó aquel ‘Narcotic’, con su estribillo pegajoso y su sintetizador básico, pero no tanto como para interesarme por ellos. Ha llovido mucho y nevado menos desde aquel lejano 1997, y hay mucha más música que olvidar.

Los recupero ahora por un extraño juego que me traigo a ratos conmigo mismo: descubrir el resto de temas de bandas one-hit-wonder. Me llaman la atención ‘Gameboy’ (su último sencillo antes de resignarse y bajar la persiana, de nuevo con un sintetizador chicloso dominando el estribillo) y esta ‘Play some rock’ que les recomiendo hoy. Tira de la misma fórmula que una vez fue ganadora, a ver si sonaba la flauta: aires de pop-rock, un toquecito de melancolía suave, sintetizador primario e inofensivo y, ojo, un giro inesperado en forma de simpático (¿u odioso?) coro infantil. La flauta no sonó, claro, pero a mí me parece tal vez el tema más agradable y compacto de una banda formada para el éxito vaporoso y el largo olvido. Un poco de intranscendencia para aligerar las densidades de nuestras perras vidas.

La elección de Withor

FRANK SINATRA – ADESTE FIDELES

A veces topas con personas que no parecen reales, sino sacadas de algún libro o una película de las malas. Pero existen y están tan vivas como tú y como yo. Buscaba yo un resquicio en el que colarme para poder ver la Cabalgata de Reyes cuando la encontré. Aspecto amable, peinado imposible. Todo el mundo estaba expectante ante el inicio de la marcha, y eso a ella le incomodaba, porque nadie le prestaba atención.

Primero la ha tomado con unos niños, gritándoles para que se estuviesen quietos, como si para ellos estar nerviosos por la llegada de sus majestades fuese una herejía. El show ha continuado recriminado a unos padres, a viva voz, que por qué estaban en primera fila, cuando había niños que querían ver de cerca la cabalgata.

“Pero hombre, que usted ya es mayorcito para ver los Reyes. Deje a mi niña que se ponga delante”. El hombre –que en realidad también estaba con su crío- se ha encendido, y la discusión ha subido de tono hasta el punto que los allí presentes pensábamos que habría ostias. Al final el señor se ha marchado, y la señora le ha despedido, delante de todos los niños, con un sonoro ‘Vete a tomar por culo’.

Acto seguido, se ha lamentado –por supuesto, en voz alta, para que se enterase todo el mundo- de que “siendo Navidad, haya gente tan insolidaria”. Ha buscado mi mirada de complicidad, con ánimo de entablar conversación, y yo le he girado la cara. Luego ha querido hacer las paces regalándome un caramelo, y le he dicho “no, gracias”. He mirado a su hija, que parecía una buena niña, y he pensado que la vida no es justa. Hasta el punto de que me han entrado ganas de llorar.

La elección de Raúl

PLASTIC BERTRAND – ÇA PLANE POUR MOI

Hasta los timos deben vérselas con la tiranía de la comercialidad. No es justo que sólo Milli Vanilli se llevaran la fama de farsantes y prefabricados. Aquí el amigo Plastic Bertrand, artista belga y presentador de televisión, después de alguna demanda, reconoció que él no puso la voz en este éxito de 1977, un fraude más en la historia oscura del pop. Ha sonado hasta la saciedad y ha sostenido varias campañas publicitarias en base a ese ritmo marcadamente punk y cierto toque de surf-rock que deja traslucir las ganas de fiesta. Pese a lo trillado y a lo facilón, siempre me pareció un tema trepidantemente banal, perfecto para cualquier calentamiento previo a jarana.

Pues bien, el mérito de cantar en ese francés absurdo (la letra no tiene ningún significado) y sin respiro no era del guaperas de Bertrand, sino de su productor, que dice que grabó las voces porque aquel día el artista no fue por el estudio. Plastic sostiene que le fue vetada la entrada, que se reconoce la víctima de todo este embrollo, así que vaya usted a saber cuál es el alcance final de esta gran e histórica mentira. Lo cierto, paradójico y tontorrón es que, menos él, todos han cantado este tema: desde Vampire Weekend, Sonic Youth o Midnight Juggernauts, hasta tú, avezado lector, en cualquier karaoke.

A veces hace falta muy poca verdad para tener éxito. Todo en el personaje Plastic Bertrand huele a chasco, a paripé y a tendencia al gatillazo. Se pudo resarcir de aquello cantando otra canción en directo en Eurovisión 1987 y quedando en la penúltima posición. Lo último ha sido que varios medios, propagación de twitter mediante, le acaban de matar este fin de semana a sus 58 años. No da lástima. Cuestiones de karma, como si la farsa habitara ya desde hace décadas en las secuencias de su ADN.