Tres canciones, 257. La elección de Withor:

JACQUES DUTRONC – ET MOI, ET MOI ET MOI

Dicen de Michel Houellebecq que es un provocador, que es racista y misógino, y bien puede ser cierto, pero a mí me da la sensación de que por encima de todo ello es un cachondo mental. Y que el hecho de ser provocador, racista y misógino está totalmente supeditado a ello. Porque hay que tener un gran sentido del humor (así como una alta capacidad de saber reirse de uno mismo y, por qué no decirlo, cierto narcisismo demencial) para introducirse en una novela como un personaje cualquiera y presentarse ante el mundo como un ser asocial y algo despreciable que acaba cumpliendo el deseo vegasiano ‘todo el mundo fantasea con una muerte dramática’ sin andarse con remilgos en las descripciones.

Parece ser que el enfant terrible le pilló el gustillo a convertirse en un personaje de ficción, y de ahí nace la maravillosa ‘El secuestro deMichel Houllebecq’, que parte de una historia real. Durante la promoción de su libro ‘El mapa y el territorio’, Houllebecq desapareció durante unos días y en Internet empezaron a aparecer rumores sobre su paradero (se llegó a decir que había sido abducido por extraterrestes o secuestrado por unos islamistas radicales). Tres años después, llega la (ficticia) respuesta del escritor francés, ya que en el film se nos muestra cómo es secuestrado para luego ser encerrado en una poblado rupestre situado a una hora de París. La película es tan divertida como simple, ya que no hay acción y tan solo vemos a Houllebecq relacionándose con sus secuestradores, familiares e incluso amigos, todos ellos por cierto gente bastante maja y afable.

HOULLEBECQ

Sin querer entrar en análisis densos (¡dejen de leer y pónganse a verla!), la película funciona porque Houllebecq es un animalaco y no lo disimula lo más mínimo, porque de tanto asquete que da resulta casi tierno y porque allí no parece haber cámaras, ni iluminación ni líneas de guión que seguir (y en consecuencia, no parecen personajes, sino personas). El proceso del ‘Síndrome de Estocolmo inverso’ (Víctor dixit) está muy bien llevado y hay escenas con las que es difícil no llorar de risa: Houllebecq pidiendo a la madre del secuestrador si le puede conseguir una prostituta, el escritor encarándose con uno de sus secuestradores que mide dos metros por una chorrada, cuando se marcha y la familia le pregunta si volverá de visita algún día… Lo bueno de ver ‘El secuestro de Michel Houllebecq’ es que es lo más cerca que estaremos en nuestra vida de pasar un fin de semana en casa con Houllebecq, y además cuando se acaba la ropa no te huele a tabaco.

Por cierto, hace unos meses, en una entrevista, Houllebecq reveló el suceso real de su desaparición. Él estaba en su casa de Lanzarote y Telefónica le cortó la línea de teléfono durante tres días, y por eso estuvo incomunicado. ¿Dará la historia para una película?

@adriwithor