Cada día me llega un informe de los aludes que ha habido en Catalunya. También se mete en mi correo la noticia de la agencia de Ashley Madison que me informa de que James y Piqué son los futbolistas más deseados para una aventura o notas de prensa sobre la gestión del riesgo de desastres en Colombia, indicando que «las medidas tomadas en Santa Marta para el abastecimiento de agua han sido efectivas». No es Spam, no es correo no deseado, sino algo con una aspiración lejana de colarse en los medios, en los periódicos, y a veces un contenido descaradamente comercial que busca engatusarnos. Noticias sobre el Open de España de golf, una invitación al showroom (una cata) de la D. O. de Jerez, una valoración periódica del paro agrario, los cinco peores aeropuertos donde no querrías vivir un retraso, las consultas ‘on line’ más comunes de las madres españolas sobre sus bebés y hasta sucesos encabezados por titulares irrenunciables: «Llegan a Santuario Gaia tres cerditos de un accidente de camión».

A veces lamento no ser un medio especializado y recrearme en encabezamientos de esta guisa que también me llegan: «La producció de tòfones al Solsonès inaugura aquest divendres la 32a edició de les Jornades Tècniques Silvícoles Emili Garolera». A veces se crea debate: ¿Ven mejor los hombres o las mujeres?, me ha interpelado esta misma mañana un Asunto. Abrir el Outlook siempre es buen método para ver si hoy es la efeméride o el día internacional de algo, o de varias cosas a la vez, seguramente. A veces reparo en problemáticas del primer mundo insospechadas gracias a porcentajes que me sensibilizan: «Un 25% de los perros en España padece problemas en la piel o el pelo».

allauUn extracto del boletín con los aludes del día, que me envía gentilmente la Generalitat

En ocasiones hablamos de una presión directa: me amenazan con que me acredite para el Concurso de Saltos Internacional de Madrid, en la Casa de Campo, y hasta me ofrecen una entrevista con un jinete. ¿Más citas habituales?. Mi encuentro con la Newsletter de Puertos del Estado, las actividades del museo comarcal de la Conca de Barberà, los resultados de la Lieja Bastogne Lieja 2015 y las encuestas, un mundo aparte, presentadas por agencias de distinto pelaje que conocen, las muy perras, la querencia de los medios provinciales y provincianos por las estadísticas, los balances numéricos y las comparaciones. Elijo dos titulares más o menos recientes del mismo tema: «Cuatro de cada cinco catalanes prefieren los regalos de los Reyes Magos» y «El 44% de los adultos está nervioso la noche de Reyes».

Me gusta fijarme en esas cosas, porque la bandeja de entrada, ese bombardeo que cualquier trabajador sufre, es también una ventana al mundo, una manera de palpar lo que hay y de notar el ruido apabullante de la red y su inframundo. Estos mails de lo banal son ya el nuevo Viagra, el nuevo alargamiento de pene. No seré yo quien me ponga ONG y diga que, buenrollista, cobije con amor cada correo, me lo grape, lo enmarque y, en el cénit de la decencia, lo responda. También tengo el dedo flojo con el ‘delete’, si se tercia, y los borrados masivos son una purga catártica que tiene su placer. Pero me gusta reparar en ellos, apreciar la humanidad que hay detrás. Una cuenta de correo es la Biblioteca de Alejandría de las catacumbas de internet o el primer paso de la viralidad desmelenada, de ese infotaintment desbocado y grotesco que se vive en los medios digitales. A veces pienso que en mi bandeja de entrada habita una monstruosidad y yo le doy de comer para tenerla a raya (ya lo alertaron los visionarios de Tam Tam Go!, con aquel tema apocalíptico de lo que se nos venía encima con internet). A pesar de que cribar es sobrevivir, no significa que el día en que no me lleguen echaré en falta esos registros de aludes que nos envía el Institut Cartogràfic, tan ajenos, tan lejanos, pero ahora ya tan familiares, tan nuestros.

Tres canciones, 271. La elección de Raúl

ARGIES – SPAM MUSIC