El tiempo en el número 15 de la calle Cós del Bou es un lánguido goteo. ‘La prisa mata’, avisa el cartel de Shiva Music. La tienda psicodélica de Tarragona puede abrir, según su horario oficial en la puerta, a las 10.32… y cerrar a eso de las 13.27. Franquear el umbral es adentrarse en una aventura colorista con Woodstock de biblia y punto de fuga. En la pared, una guitarra firmada por B. B. King y el álbum ‘Are You Experienced?’, de Hendrix.

Diego Vidal (o mejor Diego ‘Shiva’) regenta el negocio desde 2002. Se reconoce músico frustrado, cada vez menos mitómano y aún eternamente enamorado de los 60, la cuna de todo. Es más que un vendedor. En esta burbuja de delirios cromáticos aconseja, sugiere y recomienda. Se sabe un superviviente, un romántico que goza departiendo de música, aunque la industria se desmorone.

¿Un día habrá que explicarles a nuestros hijos qué era eso de una tienda de discos?

Tristemente, sí. Por aquí delante pasa mucha gente, sobre todo turistas que se quedan mirando y dicen: ‘¡Mira, una tienda de discos!’. Se quedan sorprendidos y da bastante rabia. Apuestas por un concepto de tienda y te quedas obsoleto mientras ves cómo la tecnología avanza. Probablemente nuestros hijos no conozcan la música en formato físico.

Shiva Music, además, es una tienda especial. 

Y por eso nos estamos salvando un poco… o estamos alargando nuestra muerte, según se mire. Hay gente de 30 y 40 años que aún apuesta por este formato, quizás porque fueron educados de otra manera o no se llevan bien con las nuevas tecnologías. Nos especializamos en un estilo muy concreto y nos vamos manteniendo. Eso sí, en el momento en que tenga que confiar en las nuevas generaciones no sé qué pasará. Cuando yo tenía 15 años, ahorraba toda la semana para comprarme un disco. Ahora eso no sucede. Una tienda de discos tiene una vida limitada, por mucho que sea especializada.

Al que le gusta un poco la música en Tarragona, debe irse a Barcelona para encontrarla. ¿Estás de acuerdo?

Sí, de hecho la apuesta de esta tienda era para evitar eso. Yo me tenía que ir a las tiendas de la calle Tallers… y allí me volvía loco rebuscando entre vinilos. La acogida fue bastante buena, aunque Tarragona tenga un mercado mucho más reducido.

(Recuerdo ahora una visita a Discos Castelló, en Tallers, donde un fan de los Stones aseguraba y debatía con vehemencia que Mick Taylor era mucho mejor guitarrista que Ron Wood. En Shiva Music es media mañana y gobierna una paz casi olímpica. Dos clientes que intuyo sibaritas trastean un buen rato entre cajones y cajones de vinilos. El hilo musical vale para bajar las revoluciones de la vida en el exterior).

¿Por qué la música ha perdido valor?

Es jodida la pregunta… (piensa unos segundos). Influyen varios factores. Las discográficas no han sabido apostar bien por el CD. Han exagerado muchos los precios. La gente se ha cansado de que le tomen el pelo, de que le hagan pagar precios desorbitados por una cosa que cuesta muy poco hacerla. Comienzan a surgir vías alternativas, como descargarse discos. Era una manera de protestar, de aprovecharse un poco. Entiendo que la gente acabe descargándose según qué discos o esperándose unos meses hasta que valgan la mitad.

Diego Vidal, en su tienda, una auténtica delicia en la parte alta de Tarragona

¿Ha sido una venganza?

Sí, pero ha comportado que las tiendas de discos hayamos sido las grandes perjudicadas. No ha salido nadie en defensa de ellas. Simplemente han ido cerrando. Los que quedamos somos los que realmente nos gusta la música y el coleccionismo. No queremos hacernos ricos sino ir contentos a trabajar cada día. Los que se dedicaban a esto por el dinero son los que han ido cerrando.

¿Le ves sentido a bajarse a golpe de click discografías enteras?

Es una barbaridad. Llegas a acumular tanta información que no la disfrutas igual. Antes conseguir un disco te costaba esfuerzo y dinero. Luego lo escuchabas una y otra vez, te leías el libreto de arriba abajo. Captabas el concepto del disco, de la idea que quería transmitir el artista. Todo esto nos lleva a perder el concepto de álbum. Se van a imponer los singles y las canciones sueltas. Con el vinilo se potenciaba todo esa idea global: la carpeta, la presentación… aquello no era sólo música. Con el CD se perdió bastante, pero se ganó en libreto.

El olor…

Exactamente. Eso se habla mucho entre los coleccionistas. ¿A qué huelen los mp3? A nada. Un vinilo lo hueles, lo tocas, lo saboreas…

¿Nos falta cultura musical o no estamos tan mal?

No creo. Internet es una herramienta brutal para descubrir grupos y tendencias e incluso para escuchar música. Al que le gusta la música tiene muchas más vías para aprender que antes y para culturizarse musicalmente. Por otra parte, con Internet echo en falta una criba a la hora de escuchar discos. No da tiempo a abarcarlo todo.

Definitivamente, el vinilo ha vuelto.

Cualquier disco o reedición sale también en vinilo. Me parece muy positivo. Se han perdido unos diez años de hacer vinilos y ha sido una pena.

¿Y al mp3 dónde lo ponemos?

Me parece una aberración. Una cosa es descargar música ‘on line’ de buena calidad. Eso es una herramienta útil. Pero el mp3 es sonido enlatado, una compresión en la que le quitas la calidad sonora al archivo… me parece un asesinato de la música.

¿Qué opinas de las plataformas como Spotify o Grooveshark?

Es una pasada, algo brutal. Pero vuelvo otra vez al formato disco. Me gusta acompañar la música con imágenes y con todo un arte creado a su alrededor. No me cierro a esas plataformas. Son perfectas para descubrir grupos o comprobar si un disco te gusta.

(Un cliente acude al mostrador. Necesita asesoramiento. Está indeciso entre un vinilo de Los Negativos, psicodélico pop barcelonés ochentero, y un recopilatorio de Los Salvajes, rock español de los 70, pero a éste último le falta algún tema que busca con insistencia. Diego le explica que es un compendio de grandes éxitos más alguna canción nueva, pero el caballero, que admite caer en la tentación, se agencia al final a Los Negativos. En vinilo, faltaría más).

Cambio de tercio. ¿Cuál es la mejor década de la historia de la música?

Me quedo con los 60. Se plantan las bases del rock actual. Hasta los 50 sí que podías encontrar grandes estrellas como Elvis o Carl Perkins. Pero la música de hoy en día no existiría sin la revolución que hubo entonces, también en cuanto a instrumentos, a técnicas de grabación o a revoluciones sociales en América. Todo cambió. Las guitarras se electrificaron al máximo. En los 70 todo se aposentó, al final se estropeó un poco y los 80 fueron una buena época, con ideas originales. A los 90 los pongo a la misma altura. Ahora estamos un poco perdidos, repitiendo fórmulas, tirando hacia atrás. Falta inventiva, aunque habrá que verlo con la perspectiva del tiempo.

¿Equiparas los 90 con los 80?

En los 90 hubo grandes grupos, como Pixies o Nirvana, mucho mejores que en los 80. Reinventando algo que ya existía consiguieron llegar a un gran nivel. ¿Sabes lo que haría yo? Me quedaría con los cinco últimos años de los 80 y los primeros de los 90.

El vinilo, fundamental. Diego, con el ‘Electric Ladyland’, el tercer álbum de The Jimi Hendrix Experience

¿Qué nos falta ahora?

Algo nuevo. Que aparezca una tendencia, como el grunge en los 90, la ‘new age’ en los 80, el punk en los 70… Ahora… ¿el indie? No me convence. No deja de ser rock. Es más una actitud. Igual ya no hay nada más que inventar.

¿Qué es lo último que te ha llamado la atención?

He disfrutado mucho con Kitty Daisy & Lewis, que no es más que rock de los años 50, buscando el sonido de esa época. Me han sorprendido mucho Pony Bravo, un grupo andaluz, mezcla de kraut-rock con un montón de cosas e ideas originales. Me gusta Amy Winehouse y su manera de actualizar el sonido de la Motown.

¿Te gustaría haber vivido Woodstock?

¡Con algunos menos años de los que tengo para aguantar unos cuantos días de conciertos! Hubo un antes y un después. Coincidieron una cantidad brutal de músicos extraordinarios. Todo lo que se cocía allí, la revolución del amor, de la música… Al final se acabó estropeando, como ha pasado ahora con los indignados, y todo se convirtió en algo más político.

La psicodelia es…

Es la inventiva, ir más allá de los patrones del rock, cogerlo y experimentar, incluso usando las drogas. Es pintar de colores el rock, hacer un viaje mental a través de la música. Ponerte un disco de psicodelia es cerrar los ojos y transportarte, es casi un viaje a través de una guitarra y un piano. Es quizás música más trascendental, para gente algo más sensible, aunque igual suena un poco pedante, con capacidad de percibir ciertas texturas.

¿Tuviste un momento de revelación?

La primera vez que escuché a Jimi Hendrix fue una bofetada en la cara. Mi tío me grabó un cassette y me quedé estupefacto. No sabía si aquello era ruido o música. Luego, la primera vez que vi en Sputnik un concierto de The Cure fue un impacto estético. Yo era un quinceañero que buscaba actitudes frente a la vida. El rollo siniestro de The Cure me sedujo mucho. Ellos y Hendrix son las dos tendencias que más me han marcado.

A un paso de la Shiva Music Experience, una tienda de las que ya no quedan

¿Cuál es el mejor concierto al que has ido?

Tom Waits en 2008, en el Auditori del Parc del Fòrum, en Barcelona. Es un chamán sobre el escenario. Te hipnotiza. No le puedes quitar la vista de encima. Me costó varios días entender qué es lo que había vivido allí. Sus discos me encantan pero verlo en persona, casi en primera fila, representar esa teatralidad, con esa voz gutural, me dejó impactado.

¿Cuál es el disco que más te ha enganchado?

Ahora mismo me quedaría con ‘Come on Pilgrim’, el primero de Pixies. Me parece redondo. Aunque igual la semana que viene te diría uno de… blues, qué se yo…

Un cuestionario rápido y tópico. ¿Beatles o Rolling?

Beatles. Fueron muchísimo más creativos que los Rolling. Los Stones son los putos amos haciendo rock pero los Beatles evolucionaron más y tuvieron mucha más inventiva. Valoro mucho la progresión desde las canciones más moñas al rock más psicodélico y maduro. Los Rolling no han tenido un Sgt. Pepper.

¿Lou Reed o Tom Waits?

Lou Reed con la Velvet Underground ganaría a Tom Waits pero en solitario no. Los últimos trabajos de Lou Reed no me transmiten, no me llegan… quizás porque se ha enfocado más hacia la poesía, hacia propuestas más experimentales. Se ha arriesgado más y no ha acertado tanto como Tom Waits, que ha tenido ideas más visionarias. Eso sí, los dos son genios.

¿Bob Dylan o John Lennon?

Dylan es un monstruo que también ha sabido reinventarse, aunque ahora esté en horas bajas. Pasará a la historia, igual que Lennon, que fue un mito, aunque en solitario tiene una discografía irregular. Bob Dylan es una joya detrás de la otra.

¿Qué es lo más raro que te ha llegado a la tienda?

Se ha reeditado en vinilo del primer disco de dEUS. Era una pieza buscadísima por la que te hacían pagar miles de euros. Los Planetas han grabado un álbum un poco friki bajo el sobrenombre de Los Pilotos, de música en plan ‘new age’ de los 80, rollo New Order. Caras B, remezclas alternativas, conciertos de una gira a la que fuiste… siempre aparecen esas golosinas musicales que sorprenden incluso al muy fan de un grupo. Nos gusta trabajarlas bien.

(Los encargos, una de las razones de ser de Shiva Music. Ahora un cliente pasa por caja a recoger lo último de Pearl Jam, una edición en disco compacto amplia, cuidada y de lujo). 

Para acabar, recomiéndanos tres canciones.

Empiezo con un medio blues que se llama ‘Cristo Redentor’. Si pudiera ver mi funeral desde el cielo me gustaría que sonara esta canción. Me pone los pelos de punta. Me parece muy emotiva. Es instrumental y tradicional. Después de todo lo que he dicho, tendría que elegir algo de Tom Waits ¿no?. Escojo una tranquilita de la última época: ‘All the world is green’. La letra es preciosa y la percusión, siempre curiosa, es muy bonita. Y para acabar, algo más de potencia. Me pongo punki para recomendar a los Ramones, un grupo al que le tengo admiración. Me quedo directamente con ‘Blitzkrieg bop’. Te la pones por la mañana y sales a comerte el mundo.

raúl

¿Desea saber más?

– Visite su web oficial.

– Visítela en persona, en el número 15 de la calle Cos del Bou de Tarragona.

– Vea qué dicen de esta tienda los usuarios de Salir.com.