Nuestras quejas hacia La Inercia son pocas: gracias a ella podemos escuchar las historias tristes de bluesmen en la cárcel que nos trae Bea G. Guirado, descubrir las palabras más largas del mundo, cuestionar los titulares cienciacionalistas, premiar el trabajo de Laura Montero Plata sobre Ghibli y Miyazaki y recordar los peores cassettes con chistes que infestaban las gasolineras de nuestra infancia. Si ustedes tienen quejas, se las pueden remitir al defensor del ciudadano inercial; si no, pueden disfrutar de estos casi setenta minutos de buena radio.