Una de mis teorías favoritas de South Park es aquella expuesta por Cartman según la cual si uno quiere formar una buena banda de pop-rock cristiano lo único que tiene que hacer es reescribir canciones de grupos de pop-rock convencionales cambiando las palabras ‘baby’, ‘darling’ o derivados por ‘Jesus’. Y la verdad es que funciona (hagan la prueba en sus casas). Yo no soy una persona religiosa (si debo elegir a un Dios me quedo con Messi), pero sí que creo en la teoría de Cartman. Por lo tanto, no veo por qué no podrían gustarme algunas canciones de temática religiosa.

Ya de niño, cursando catequesis, ‘Alabaré‘ me parecía un temazo, sólo superado en su género por ‘Pon tu mano en la mano de aquel (que te da la mano)‘. Quizás piensen que estoy de broma, pero yo equiparo estas canciones a las de los primeros discos de los Beatles, como ‘Love me do’ o ‘I want to hold your hand’. He creado una conexión directa y automática entre ambas, y unas me recuerdan poderosamente a las otras. Buenas melodías, letras simplonas y repetitivas pero fáciles de recordar, medios tiempos relativamente animados, estribillos muy fáciles de corear… Si los Beatles hubiesen compuesto ‘I will praise’ o ‘Put your hand in the hand (of the one who give you his/her hand)’ estoy seguro de que hoy serían reconocidas como clásicos universales.

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Faith + 1, el mejor grupo de pop-rock cristiano (ficticio) que ha existido jamás

En todo caso, para mí el temazo definitivo dentro de las canciones religiosas (algo así como el ‘We will rock you’ del rock) es la ‘Salve Rociera’. Se trata de una composición de Rafael de León y Arias de Saavedra (nota del autor: es una sola persona con un nombre muy largo) con música de Manuel Pareja Obregón que se ha convertido en una especie de himno del Camino del Rocío, ya que está dedicada a la Virgen del Rocío. En realidad, hasta hace relativamente poco (cuando acompañé a unos amigos a una Feria de Abril que se celebra en Tarragona) yo ni sabía que era una canción religiosa, porque no había prestado atención a la letra (y no nos engañemos, tampoco es que la escuche cada día o que esté presente en mi playlist de Spotify). Pero vamos, que sí que lo es, y no por eso ahora va a dejar de ser una canción que me guste.

La clave de la ‘Salve Rociera’ es su delicioso estribillo. Ese ‘olé olé olé’ que se va recortando y estirando para crear una cadencia irresistible, y no me pregunten cómo, pero la simple repetición de esas tres castizas letras con el ritmo adecuado consigue poner los pelos de punta (sea cual sea su grado de devoción por la Virgen del Rocío, que en mi caso es nulo). De hecho, la Reina Fabiola de Bélgica la eligió como una de las obras que debían sonar en su entierro, y los allí presentes declararon que había sido el momento más emocionante. El ‘olé, olé, olé’ se mete en la cabeza y ya no sale, dan ganas de gritarlo a viva voz. Una vez expuse que las canciones ganaban exponencialmente cuando incluían un ‘la la la’ o ‘ta ta ta’; pues bien, el ‘olé olé olé’ es el rey de los ‘la la la’.

Aquel día, en la Feria de Abril, les expliqué a mis amigos que la ‘Salve Rociera’ podría haber sido un muy buen tema de música mákina, o así al menos lo dictaba mi imaginación. Sin embargo, el destino quiso que la canción naciera y perviviera para siempre como un himno religioso. Más de una vez he pensado que ese ‘olé olé olé’ podría ser un hit en las pistas de baile si estuviera convenientemente remezclado. No es una cuestión de fe, de escoger entre ciencia o religión o de profanar, sino un razonamiento exclusivamente musical. Y es que creo que la ‘Salve Rociera’ en manos de (por ejemplo) David Guetta podría convertirse en una gran canción para bailar los sábados por la noche.

Tampoco nos llevemos las manos a la cabeza. Recordemos que no hace tantos años unos cachondos versionaron ‘L’estaca’ de Lluís Llach en versión makinera y el mundo sigue girando. Quizás es el camino que podría seguir la ‘Salve Rociera’. Total, una vez que hemos mancillado un himno revolucionario a nivel internacional como es ‘L’estaca’ a base de makinizarlo, el mal ya está hecho y una ‘profanación’ más no será tan dañina. Quizás los devotos más fieles pondrían el grito en el cielo, pero la sociedad ganaría una gran canción para echarse unos bailecitos y para sudar la gota gorda en las clases de spinning. ¿Algún DJ se anima?

Tres canciones, 268. La elección de Withor:

ECOS DEL ROCÍO – ‘SALVE ROCIERA’

@adriwithor