Con él todos tendríamos de sobras. Entrevistamos al mejor compositor de canciones en castellano de la última década. Confesional, estremecedor y tierno. Experimental, inquieto y abundante. Inmenso, sórdido y necesario. Un poco harto del mesianismo que despierta, de la leyenda. Han pasado diez años desde que ‘Actos inexplicables’ alzara el telón de la nueva etapa en solitario, tras dejar Manta Ray. Por el camino, siete álbumes, un buen puñado de EPs, trabajos a medias,  un montonazo de colaboraciones, relatos y conciertos memorables, más o menos reveladores, y melodías, letras, palabras y ladridos que nos siguen sobrecogiendo.

“Lo importante es que las canciones se vayan regenerando y estén vivas, para que no parezca que ejecutas sino que interpretas”, comenta al teléfono sobre su nueva gira, que le va a traer en acústico a Tarragona (Sala Highland, el viernes 4 de noviembre, a las 22.30 horas). Desnudará su repertorio (reciente, aunque exhumará alguna joya) acompañado por Abraham Boba al piano y por Xel Pereda a la guitarra, el banjo, la mandolina y lo que se tercie. Conversar con Ignacio González Vegas era la madre de todas las aspiraciones, la cuenta pendiente, ya saldada, de esta página.

 

En una ocasión (tertulia postconcierto en la sala Luz de Gas, del ciclo ‘En persona’, junto con Fernando Alfaro y Abraham Boba) dijiste que hacer canciones es un acto de terrorismo creativo. ¿Por qué?

¿Ah sí? No recordaba haberlo dicho… (Ruido de excavadoras en la calle. Nacho, que acaba de llegar a Madrid, pasa por unas obras, según dice. Hay interferencias en el teléfono). Las canciones son siempre una especie de grito, de protesta, de quejido… También pueden tener algo de celebración pero siempre deben cuestionar un poco las cosas que pasan, tu vida, el mundo que te ha tocado vivir o lo que te rodea. En el hecho de escribir canciones siempre hay algo combativo. O al menos debería ser así.

¿Las penas con humor son menos penas?

Es un arma que todos utilizamos para tomar distancia con las cosas y para relativizar. Sin el relativismo estaríamos bien jodidos. Hay que echar mano de él.

Siempre incides en esa distancia necesaria. ¿Te molesta que el personaje de las canciones se haya llegado a confundir con la persona?

No especialmente, pero sí es verdad que ocurre en ocasiones. Hacer canciones es también una manera de tomar distancia, de mirar las cosas desde diferentes perspectivas, de alejarte un poco de ti mismo y de poder ver las cosas con amplitud de miras, que es de lo que se trata.

Rondas ya las cien canciones desde que abandonaras Manta Ray y empezaras en solitario. ¿Por qué eres tan prolífico?

Es una producción importante pero relativamente. En 2011 se han cumplido diez años desde que publiqué el primer disco en solitario. Si llevo 100 canciones más o menos, salen unas diez al año… Dedicándome a esto, ¿tampoco es tanto, no? (Sopla viento. Nacho, que sigue caminando por la calle, intenta guarecerse). Lo que pasa es que hay una tendencia en el mercado actual en la que parece que hay que sacar un disco cada dos años y que si publicas un álbum al año o más estás saturando el mercado. En los 70 los grupos sacaban incluso dos discos al año. Era algo normal.

NV, ahora en acústico. Nuevos planes, idénticas estrategias

¿Tienes pensado acabar algún día Filología Hispánica?

(Risas). Precisamente el otro día estuve en la universidad en un acto de homenaje a Leonard Cohen y todo el mundo me decía que tenía que acabar la carrera. Las asignaturas que dejé son las que menos me interesaban. No sé, a ver si encuentro tiempo… Por una cuestión de amor propio, nada más. Me quedan cuatro: dos de quinto y dos de cuarto.

En un reportaje reciente de la Rolling Stone una profesora de canto examinaba las cualidades vocales de varios artistas del ‘indie’ y a ti te ponía buena nota. ¿Te vas encontrando cada vez más cómodo con tu voz?

Me encuentro cada vez menos incómodo. Es una lucha diaria contra mi voz. Incluso en registros tan limitados como el mío se puede bucear y encontrar una manera de expresarse que sea única. Eso es lo bueno. Tengo que decir que en ese artículo todos los cantantes que suspendían eran los que a mí me más gustaban.

Has incurrido en la ranchera, en la rumba y hasta en el fox-trot, por no hablar del folk o el folclore asturiano. ¿Cómo encaras los géneros sin perder la esencia? ¿Hasta qué punto es importante esa exploración?

Todo forma parte de lo mismo. A veces es un poco peligroso caer en un ejercicio de estilo y procuro cambiar los géneros con cierto respeto y con la distancia que requiere acercarte a algo que no conoces a fondo. Todo forma parte de la música popular. Al principio sólo escuchas grupos de pop y de rock pero luego te vas dando cuenta de que en los cancioneros tradicionales encuentras la raíz, la esencia, que hay que intentar preservar. El rock es sólo un eslabón más de la música popular.

NV, en directo

¿Por qué recurres últimamente a los coros de niños? ¿Es para descargar de solemnidad algunas canciones?

No, no lo creo. Supongo que es cuestión de encontrar un contrapunto. La mirada infantil es siempre más limpia que la adulta, que en mayor o menor medida está ensuciada. Todas las canciones se nutren de contrastes y éste es uno de ellos. Hay muchos discos que incluyen coros de niños que me gustan especialmente. Es algo que siempre me ha apetecido, pero nunca he conseguido tener un coro completo. Siempre he tenido a cuatro críos por aquí, cuatro por allá… Es muy difícil tenerlos en el estudio y que estén quietos cantando una canción entera. Te da la impresión de que los estás explotando. Espero conseguirlo en el siguiente disco.

Eres ateo y sin embargo tus letras están llenas de referencias religiosas y bíblicas.

La religión en general y la Biblia en concreto es literatura, poesía pura. Todo eso forma parte del acervo cultural de cualquier persona que viva en Occidente. En la Biblia puedes encontrar todos los temas de la humanidad. La religión y las creencias son una manera de enfrentarte al mundo y de verlo a través de otros ojos. Todo eso me interesa mucho. Soy ateo pero en realidad tengo mucha envidia de los creyentes.

El norte va a estar siempre presente en tus canciones.

Nunca he dejado de vivir en Gijón. La mayoría de mis canciones las escribo ahí y es normal que se cuele ese paisaje. En los últimos años he pasado mucho tiempo en Madrid y he hecho canciones en viajes que también han aparecido en las canciones.

Hablemos de futuro. Ahora toca una gira acústica, que incluirá canciones del mini-álbum ‘Cómo hacer crac’. ¿Qué vendrá después?

Estoy en la Plataforma Robo, donde se estrenó una de las canciones de ‘Cómo hacer crac’. Este lunes estrenamos una nueva canción. Es una versión de Woody Guthrie que hemos hecho varios músicos que formamos parte de Robo. Es un proyecto en el que queremos que colabore gente de todo tipo. Vamos subiendo a internet canciones inéditas que tengan cierto compromiso político, con un contenido social fuerte. También esperamos hacer alguna aparición en directo. Es un proyecto colectivo en el que los nombres de los que estamos detrás no son importantes.

¿Está en mente una segunda aventura con Lucas 15?

Sí, también es algo que tenemos en mente. Hace poco estuvimos hablando de ello. Esto depende un poco de Xel (Pereda), que es el que manda en el grupo. En cuanto él se vea con fuerzas nos meteremos a grabar. Tanto él como yo tenemos canciones reservadas, que vamos adaptando para un posible nuevo disco.

Pasan los años, las giras y los músicos y Xel Pereda sigue ahí como fiel escudero.

Es uno de mis músicos favoritos. Llevamos mucho tiempo junto y nos conocemos bien. Aunque nos peleamos un montón, es muy amigo mío y lo quiero mucho.

NV, en el centro, formando parte de la banda folk Lucas 15

¿La colaboración con Calamaro está en el aire?

Lo conocí y hablamos un poco de hacer algo juntos pero todo quedó en eso. Lo dije en su momento y no debí hacerlo. Hasta que no estés mano a la obra es mejor no hablar de las colaboraciones.

¿Te planteas alguna colaboración más estrecha con Abraham Boba (su pianista de los últimos años tanto en directo como en estudio) en forma de disco a medias?

Sí, sí. Tocar con Abraham es un placer y encima me flipan sus discos. Claro que será posible.

¿Cómo escritor planeas publicar de nuevo? (Nacho editó en 2006 ‘Política de hechos consumados’, un compendio de relatos, monólogos y poemas).

Estoy recopilando textos y voy escribiendo. Es algo a lo que me gustaría dedicar un poco de tiempo para ir haciéndolo con tranquilidad. Cuando acabe la gira me pondré más a ello. Publicar me da bastante respeto. No quiero hacerlo solamente porque tenga alguna facilidad por el hecho de sacar disco. Cuando tenga entre manos algo que crea que merece la pena verá la luz.

¿Cuál es tu palabra favorita?

(Piensa). Me gusta mucho la palabra extraño. Se puede ver desde muchos puntos de vista, porque también es una forma verbal, del verbo extrañar. Tiene algo inquietante, incluso fonéticamente.

NV, con Christina Rosenvinge, en aquel verano fatal

En las últimas canciones la rabia parece haberse diluido hacia una cierta resignación. ¿Hay una reconciliación con la tristeza más dicha o enunciada que gritada?

Puede ser que haya una especie de sosiego. Es una calma un poco aparente. En el fondo siempre hay algo inquietante detrás de eso. Hay canciones que vienen en el mini-álbum y que se salían un poco de la temática y el tono que planea en ‘La zona sucia’. A mí me parece que son más rabiosas.

Hay una versión por ahí de ‘Rock’n’roll Suicide’ que no has traducido, como sueles hacer cuando cantas temas de otros (Van Zandt, Leonard Cohen, The Wave Pictures, Guy Clark). ¿Es por algo en concreto?

Es porque me la pidieron. Es un encargo para un aniversario de la revista Rockdelux y ahí se quedó. Dije: ‘Ésta es la última vez’. No me gusta cantar en inglés porque no es mi lengua. Aunque lo hablo más o menos, no lo hago especialmente bien como para cantar en inglés. Alguna cosa sencilla sí puedo cantar, pero intentarlo con una canción como esa me parece algo atrevido por mi parte.

¿Qué está haciendo ahora tu hermano? (Xabel Vegas, también cantante, arropado por la banda Las Uvas de la Ira).

Estuve el otro día con él en Oviedo en el homenaje a Leonard Cohen. Él también tocó una canción. Estaba viviendo en Madrid ahora. No sé si prepara algo musicalmente. Creo que está en el paro.

Para acabar, recomiéndanos tres canciones.

Una canción de Bert Jansch que se llama ‘A woman like you’. Murió hace poco, justo un día antes de Steve Jobs. La muerte del vendedor de enciclopedias eclipsó a la de Jansch, que es uno de mis músicos favoritos. Siempre es bueno escucharla. ‘Extintor de infiernos’, de Fernando Alfaro. Su último disco es todo estupendo pero en concreto esa canción me parece una de las mejores que he escuchado este año. Y por último, déjame pensar un poco… una del último disco de Manel que se llama Flor no sé qué… es algo de flor… es mi favorita de ese disco (el título exacto de la canción es ‘Flor groga’). Les tengo mucho cariño. Me parecen muy recomendables.

raúl y V the Wanderer

¿Desea saber más?

– Visite su web en LimboStarr.

Lea la muy activa web de sus fans, lugar de referencia durante años.

– Siga su grupo oficial en Facebook o su Twitter, también oficial.

– Recuerde nuestra crónica de su concierto en l’Auditori de este año o la de su participación en el ciclo ‘En persona’ junto a Alfaro y Boba.